jueves, 28 de julio de 2011

La Crónica Domingo, 17 de Julio de 2011 1
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4 y 5 9
HISTORIA INVESTIGACIÓN
Las dos
muertes de
Miguel
Hernández
El investigador leonés afincado
en México, Santos Escarabajal,
desmonta por primera vez
documentalmente, las versiones
que hasta hoy han circulado sobre
la muerte y sepelio del poeta
oriolano, escritas por sus
compañeros de la prisión de Alicante
“Así funciona laHistoria
reciente.No es lo que pone
en los libros, es lo que
tienes en casa. Si
hablamosde laGuerra
Civil se puede estudiar.La
vida familiar no”.
(CarlosMorlaLynch)
por MIGUEL A. NEPOMUCENO
Tener la conciencia tranquila
es síntoma de
mala memoria”, dice
Santos Escarabajal
(Posadilla de la Vega,
León 1951), cuando se refiere a la
ingente mitología levantada en
torno a lamuerte y posterior sepelio
deMiguelHernández, el 28
de marzo de 1942 en la prisiónReformatorio
deAdultos de Alicante.
“Unos hechos, señala, que han
sido tergiversados, amañados e
inventados por los propios amigos
del poeta que ‘dicen’ le acompañaron
en sus últimas horas, lo
amortajaron y lo velaron, incluso
hubo alguno que, momentos antes
de su fallecimiento, lo vio escribir
unos fallidos versos en la
pared de la enfermería. Testimonios
orales, que la mayoría de las
veces han alimentado la fértil imaginación
de personas que si bien
eran compañeros de cárcel, adornaron,
tras sumuerte y de manera
poco rigurosa, las últimas horas
de unhombre que sólo deseaba
recuperarse y poder abrazar a
su esposa e hijo”.
Sin embargo,nada de eso consiguió,
pese a los denodados esfuerzos
de sus amigos íntimos Cossío,
Neruda, Morla Lunch, Gabriela
Mistral, Aleixandre... Su integridady
firmes convicciones estaban
por encimade los interesesde familiares,
amigos, sacerdotes, vicarios
y personas afectas al régimen,
que intentaron por todos los medios
que se retractasede sus escritos.
El poder de lamitra no consiguió
doblegar la voluntad de un
moribundo, aunquemuchos, tras
su deceso, intentaron cambiar la
historia, incluida suesposa JosefinaManresa,
que alteró loshechos
de su “casamiento obligado, in artículo
mortis”, sólo por evitarse
problemas con el que fuera obispo
de León, LuisAlmarchaHernández,
con el fin de tratar de obtener
unprecario mediode subsistencia
para ella y su hijito,ManuelMiguel,
algo que no conseguiría jamás,
dada la inflexibledecisión tomada
por Almarcha de no prestarla
ayuda sino era a cambio de
retirar las edicionesde suspoemas
en América.
Largo calvario.Alas 5,30
de lamadrugada del 28 de marzo
JosefinaManresa yMiguel Hernández en Cox mecanografiando los últimos escritos del poeta. ARCHIVO
Santos Escarabajal García.
Lleva décadas estudiando e investigando
la vida y obra de
MiguelHernández al tiempo
que lo traduce al ‘Náhuatl’, la
lengua, de la región central de
Méjico.Natural del pueblo leonés
de Posadilla de laVega
(1951), Santos Escarabajal pasó
su infancia y juventud entre
León, Elche yAlicante para
posteriormente trasladarse a
Méjico donde reside actualmente.
Ha publicado trabajo en
numerosas revistas y periódicos
españoles como ‘ElEco
Hernandiano’, ‘ La Lucerna’ y
‘Empiurema’ de Orihuela. En
1999 y 2005 publicó en Méjico la
primera y segunda ediciòn de
poemas deMiguelHernández
traducidos.En 2008 saca a la
luz su libro sobre el Anarquista
Antonio Pujazòn, ‘El infierno
en Orihuela 1936-1940’.Actualmente
investiga los dibujos de
MiguelHernándezmuerto al
tiempo que colabora en diversas
publicaciones especializadas
sobre el poeta.
PERFIL
de 1942,MiguelHernándezGilabert,
agonizaba en soledad en la
enfermería de la prisión Reformatorio
de Alicante. Tenía 31
años y un largo calvario de torturas
ymalos tratos por las más duras
prisiones españolas.
Aesa temprana hora de lamadrugada
la tenue luz del alba se
derramaba tímida desde el alto
ventanal de la enfermería del penal,
pugnando, inútilmente, por
cerrarle sus redondos ojos garzos,
ya sin vida. Instante ineluctable
de una inmortalidad que
porméritos propios nadie podía
arrebatarle ya.Moría el hombre,
nacía el poeta. Y con él toda una
serie de leyendas urbanas que se
extendieron comola pólvora para
salpicar las biografías, estudios y
trabajos que a lo largo de estos
sesenta y nueve años han ido apareciendo
en torno a esas últimas
horas en diferentes versiones, y
con distintos narradores.
Trabajo inédito. Apartir
de estos documentos, que ven
ahora por primera vez la luz y
que han sido extraídos de archivos
del Reformatorio deAdultos
de Ocaña, del Gobierno Civil de
Alicante, de la Auditoría deGuerra
y del Hospital Provincial de
la misma ciudad, así como del
Reformatorio deAdultos alicantino,
la estancia deMiguel Hernández
en ese penal desde el 29
de junio de 1941 hasta el 28 de
marzo de 1942, fecha de su deceso,
así como las últimas horas en
la enfermería y su posterior sepelio,
deberán volver a ser revisadas,
rectificadas y puestas al
día en sus biografías.
La documentación contrastada
que acompaña a la totalidad del
texto despeja cualquier duda sobre
los días finales de un hombre
al que la ‘hagiografía’ le ha hecho
tener dos muertes y un solo
destino final, el nicho 1009 del
cementerio provincial de Alicante.
Firmeza
El poder de lamitra
no consiguió doblegar
la férrea voluntad de
un moribundo
Estudios
Estos documentos,
que ven ahora la luz,
obligarán a revisar las
biografías del poeta
Fantasías
Los testimonios han
alimentado a menudo
la imaginación de los
historiadores

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